Pep Córcoles La Federación de Cofradías de Pescadores de Balears ha advertido al Consejo Consultivo del Mediterráneo (organismo de debate de la Comisión Europea de Pesca) de que los bancos de sardina, Sardina pilchardus, y boquerón, Engraulis encrasicholus, están reduciéndose de forma notable y acelerada. Los pescadores culpan de la situación a un formidable predador como es el atún rojo, Thunnus thynnus.
Antoni Garau, secretario de la federación, explica que “los mejores caladeros de atún rojo del Mediterráneo estan situados entra las costas valencianas y las Illes Balears, sin embargo no existe tradición de esta pesca entre nuestra flota”. Los que pescan el atún rojo son los grandes barcos de cerco de la costa del Levante y también barcos extranjeros.
Este gran pez fue objeto de una sobreexplotación durante varios años de la pasada década. Una sobreexplotación propiciada por lo enormemente apreciada que es la carne de este túnido en países como Japón, que posee una de las principales flotas atuneras del mundo y es el mayor consumidor.
Alerta
Esta sobreexplotación alertó al ICCAT (International Commission for the Conservation of Atlantic Tunas), organismo internacional que se encarga de regular las cuotas de pesca de esta especie. Entidades proteccionistas comenzaron largas campañas para evitar dicha sobreexplotación y el peligro de la especie.
WWF planteó la posibilidad de que se estableciera un santuario de cría para el atún rojo en aguas de Balears. Dicha entidad llevó a cabo una intensa labor de marcado de individuos durante los años 2008 y 2009 para efectuar un estudio sobre sus hábitos de vida.
Todo ese trabajo de investigación dio como resultado algunos descubrimientos importantes sobre el comportamiento del atún rojo. Entre ellos destaca que permanece más tiempo en aguas mediterráneas de lo que se pensaba.
Se tenía la creencia que esta especie criaba en Balears y luego regresaba al Atlántico, pero los sensores colocados a cuatro ejemplares en 2008 demostraron otro comportamiento.
El atún rojo se reproduce en aguas de Balears y posteriormente se desplaza al norte de las islas para alimentarse hasta los meses de octubre a diciembre. Los ejemplares grandes salen luego al Atlántico de forma escalonada. Los más pequeños, aunque maduros sexualmente, permanecen en Balears, según el informe elaborado.
WWF destacó en sus estudios que las aguas de Balears resultaban fundamentales, ya que albergan “la zona de cría más importante de todo el Mediterráneo”.
Fruto de estos estudios y de los alarmantes números el ICCAT acordó reducir las cuotas de pesca. Esta política, junto a hábiles campañas como la de recomendar no consumir carne de atún rojo, han posibilitado la recuperación de los stocks.
Las cuotas
Sin embargo, Garau indica que “no sólo se han recuperado sino que se han multiplicado hasta un punto en que son una amenaza; se ha roto el equilibrio”. El técnico de la federación de pescadores asegura que “la precaución ha sido excesiva y ahora es necesario aumentar las cuotas de pesca y así se ha comunicado al Consejo Consultivo del Mediterráneo”.
Según la federación, la comisión de pesca esta a favor de la medida pero ésta debe someterse a la aprobación del ICCAT. “El problema es que las grandes empresas no están interesadas. Para ellos representaría más esfuerzo para ganar el mismo dinero puesto que bajarían los precios, y ellas controlan los mercados”, dice Garau.
Garau opina que “si hoy en día se plantease la opción del santuario de cría sería una barbaridad”.
La flota artesanal de Mallorca tiene asignada una pequeña cuota de pesca. Generalmente los que la pescan son los palangreros, pero existe un gravísimo problema puesto que al ser una pesca sometida a estrictos controles sólo hay unos pocos puertos autorizados para la descarga.
Así pues en Balears, sólo los puertos de Palma e Ibiza pueden acoger descarga de atún rojo. El problema es grave puesto que si un palangrero de Alcúdia, por ejemplo, captura unos ejemplares debe desplazarse al puerto de Palma para desembarcarlo. Pero peor es el caso de los pescadores de Menorca que también han de acudir al puerto de Palma.
La cifra
500.000 Kg.
Pesca de sardina y boquerón
La sardina y el boquerón son pescas fundamentales para la flota pesquera artesanal de Mallorca. Los números de la Lonja de Palma arrojan una media de 500.000 kilos comercializados al año.
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